Presentación. Quién es el autor ?

Pepe Sacapuntas es un voyeur irreverente de la realidad. Muchos de sus trabajos , por decir de algún modo, han sido publicados en Montevideo.com y en el semanario el Pueblo de Santa Lucía donde es soportado en la actualidad. Podemos citar varias publicaciones que definen en forma perfecta a este mercenario de las letras; " La ironía y la transgresión campean en sus trabajos " Diario Clarinete de Salsipuedes; " Al leer sus notas se justifica el delito de opinión." El País de Palo Solo; " Excomulgado para siempre " Semanario Lavatutti del Vaticano, sólo por destacar las mejores opiniones. Lo cierto es que este libre pensador abre una ventana transgresora de ficción que supera la realidad, incluida la política, de allí su relativo éxito. Lo invitamos a descubrir a este personaje bajo su entera responsabilidad.

jueves, 21 de septiembre de 2017

SEXO CEREBRAL.


       Días de renuncias en Tabaré Land. La gente ha renunciado hace rato a tener una clase política digna, y hace un tiempito se nos fue Raulito, un apóstol de la desprolijidad.

        Pero ese no es el tema que me ocupará. Lo mío es mucho más serio. Hace unos días estaba con La Cacho jugando al billar y me preguntó de sopetón:

        -Decime Pepe, ¿para vos soy hombre o mujer?¿ O tal vez del tercer “seso? Te lo pregunto porque parece que hay una guía de consenso entre el Consejo de Educación Inicial y Primaria, algunas ONG, y hasta ciertas autoridades religiosas, que sugieren a los docentes que no deben decirles a los niños su sexo biológico en las dos opciones clásicas. En su lugar, la nota sobre esta propuesta didáctica, sugiere a los maestros decirles a sus alumnos, y te lo cito textual; "que algunos niños tienen pene y otros tienen vagina y a la inversa con las niñas”.

         -Mira, Cacho. Este es un tema más delicado que el enfermero de la Policlínica de enfrente. Dejamelo estudiar y en todo caso nos juntamos en unos días y lo conversamos.

          Arranqué para los mata burros. El primer libro que empecé a consultar fue el del Licenciado Sigmud Von Frauden, “ Piscodrama acerca de una sexualidad abierta desde la  perspectiva informática marxista”. Una obra notable. No pude pasar la primera carilla (además no tenía dibujitos, ni figuras para colorear).

          El tema es complejo. Uno no puede ser alguien porque así lo disponga. Supónganse que a mí se me ocurriese ser George Clooney. Eso no implica que las vecinas de enfrente, a las que bautizamos las hermanas hemorroides, porque están todo el día afuera, al cruzarse conmigo, me digan:

         -Pero, ¿cómo le va Don George? ¿Todavía en pantuflas a esta hora?

          No. Eso no es serio. Pero tampoco quería herir a mis amistades y por eso recordé un viejo y notable monólogo del gran George Burns, muchas veces plagiado, bien de garrón. Allí estaba la respuesta. En el balero.

          George Burns que se comió todo el siglo veinte porque vivió cien años, decía que era tan viejo, que cuando él era niño, el Mar Muerto estaba sólo enfermo. Actor de vodevil, radio, teatro, ganador de un Oscar… en fin: un “mostro” como se dice en el barrio.

          Por eso dos días después de la pregunta iniciática, invité a La Cacho y a La Mirto, a comer un suculento asado de tira con el afán de explicarles bien el tema de la sexualidad.

          -A ver gente querida. Como explicaba el Señor Burns, el cerebro de un hombre y el de una mujer son sustancialmente distintos. Les voy a aggiornar este tema. El cerebro del varón tiene compartimentos estancos. Si se le hace un corte horizontal notarán un puntito casi minúsculo. Ese es el espacio del trabajo. Luego, en tamaños medios, verán; una imagen de botella de cerveza, otra de TV y control remoto, otra de fútbol, otra que son los amigos, otra de sexo cochino, y no mucho más. Algunos vikingos tienen imágenes traumáticas desmemoriadas del bidet, del jabón de tocador, de la pasta dental y/ o del desodorante, pero no aplica a toda la especia varonil. ¿Ta, claro?

           -¿Y cómo funciona? Me demandó La Mirto.

           -Bien sencillito, lineal. El tipo llega del trabajo a su casa, abre la heladera, se toma una cerveza, invita a unos amigos a ver un partido de fútbol por la tele. Felicidad. Fin. El hombre es monotemático; no puede cerebralmente mirar un partido y conversar con la doña. Por eso recurre a términos cuasi guturales cuando ella le pregunta cosas en ese trance deportivo, por ejemplo; ¡Ajá! ¿Hum?¿Te parece? ¡Shhh! son casi respuestas reflejas como las del perro del Pavlov.

          - ¿Y la mujer? Me preguntó La Cacho.

          - Ahí se complicó. El Sr. Burns decía que el cerebro femenino funciona con miles de cables interconectados. Yo lo asimilo más a una madeja de lana, sin principio ni fin. No hay lógica en su sucesión de hechos. El tiempo no es una variable. Por ejemplo; estás con la patrona en un momento pre romántico, en un escarceo amoroso en la camucha matrimonial. De repente se siente, desde la calle, un estornudo. Y ella te dice: “Éste estornuda igual que la Sheila”. Si osas preguntar ¿Qué Sheila? te fuiste al carajo, fin de “Love story”. Te va a responder algo como: “La Sheila, la prima de la novia del mejor amigo de la sobrina de tu tío Eulogio. ¡Cómo no te vas a acordar! La compañera de banco en quinto grado, en la escuela Grecia, de tu ahijada La Maruja, Esa pedorra, que en el segundo casamiento de tu padre, el 28 de junio de 1987, cuando nosotros éramos novios, se puso el mismo vestido que yo, la tarada. ¡Casi me muero! ¡Gorda atorranta! Ésa que vende el mismo remedio para el estreñimiento que yo compro en la farmacia porque después de los partos de tus tres hijos…¡ voy al baño cada nueve días! ¡Qué vas a saber vos lo que son nueve días, si te pasas defecando como el pato criollo! Sos un insensible. Tiene razón la nena, no te importa nada; sólo vos, vos y vos . ¡Sabes qué! ¡ Me voy! Portazo. The end. La conclusión parece contundente. Uds. serán del sexo que elijan en función de su cerebro; de cómo encaran la vida. ¿Es una buena respuesta?

           -Ahora entiendo algo más, me dijo La Cacho, no muy convencida. Y agregó;

           -Pepe, prendé la tele que juega nuestro cuadrito.

            Fue encenderla y la Mirto preguntó.

            -Chicos, mientras miran la tele, no me pueden decir cómo me quedó la permanente que me hizo el peluquero Robin Flower. Le pedí que me hiciera unos rulos iguales a los de la Susa…

          -¡Shhh, cállate mujer! le contestó entre risas La Cacho.

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NR: El monólogo citado como de Burns puede eventualmente ser de Mark Gungor (es quien lo actúa en Internet) Que conste que el columnista no es el autor lo que se expresa claramente en la nota.